Capacidad emprendedora en estudiantes universitarios

Entrepreneurial capacity in university students

Orquídea Rodríguez

Escuela de Psicología de la Universidad Rafael Urdaneta.

Maracaibo, Venezuela.

Email: michelleerodriguezf@gmail.com

Mayra Sarría

Escuela de Psicología de la Universidad Rafael Urdaneta.

Maracaibo, Venezuela.

Email: mayra.sarriat@hotmail.com

Admisión: 23-08-2020

Aceptación: 26-07-2022

Resumen

El objetivo del estudio fue determinar la capacidad emprendedora en estudiantes universitarios; por lo cual se realizó una investigación de tipo y nivel descriptivo, con modelo de estudio de campo y un diseño no experimental, transaccional-descriptivo. La población se conformó por estudiantes de pregrado de la Universidad Rafael Urdaneta, de la cual se tomó una muestra no probabilística accidental de 126 sujetos. Como instrumento se empleó la Escala de Capacidad Emprendedora en Estudiantes Universitarios de Mavila, Tinoco y Campos (2009). Los resultados indicaron una capacidad emprendedora alta, al igual que sus cuatro dimensiones. El género fue un factor diferenciador: las mujeres tuvieron mayor capacidad para relacionarse y mayor capacidad emprendedora que los hombres. Respecto a las carreras, las diferencias estadísticamente significativas apuntaron a que las profesiones orientadas a la creatividad como la administración de empresas poseen mayor capacidad emprendedora que otras carreras técnicas.

Palabras clave: capacidad emprendedora, estudiantes universitarios, emprendimiento

Abstract

The objective of the study was to determine the entrepreneurial capacity of university students; thus, this research was carried out at a descriptive level, with a field study model and a non-experimental, transactional-descriptive design. The population consisted of undergraduate students of the University Rafael Urdaneta, from which an accidental non-probabilistic sample of 126 subjects was taken. As an instrument, the study used the Scale of Entrepreneurial Capacity in University Students by Mavila, Tinoco and Campos (2009). The results indicated a high entrepreneurial capacity, as well as its four dimensions. Gender was a differentiating factor: women had a greater capacity to relate to others and greater entrepreneurial capacity than men. Regarding careers, the statistically significant differences showed that professions oriented towards creativity, such as business administration, have greater entrepreneurial capacity than other technical careers.

Keywords: entrepreneurial capacity, university students, entrepreneurship

Cómo citar el artículo: Rodriguez, O. y Sarria, M. (2023). Capacidad emprendedora en estudiantes universitarios. Sistemas Humanos, 3(1), 42-55.

Introducción

En el contexto actual donde impera la globalización, la necesidad de innovar, generar riqueza y desplegar el potencial creativo del recurso humano, ha cobrado importancia la promoción del desarrollo del emprendimiento. En este sentido, las condiciones que se viven dentro de la cotidianidad, cambiantes, desafiantes y, de cierto modo, con un agregado de incertidumbre requieren de personas capaces de afrontar nuevos retos, con una visión reflexiva, que les permita transformar su entorno favorablemente, para hacerlo justo, productivo y solitario. Es decir, el mundo necesita de emprendedores.

En palabras de Prieto (2014), el emprendedor es la persona que identifica una oportunidad de negocio de un producto o servicio, o simplemente empieza un proyecto por su propio entusiasmo, posee características de capacidad organizativa, es entusiasta, innovador, optimista, flexible, dinámico, capaz de asumir riesgos al analizar el entorno y la viabilidad del proyecto, orientado al crecimiento. En este orden de ideas, se trata de alguien innovador, que rompe con los esquemas establecidos para hacer las cosas, introduciendo su propia visión, donde parecer ver el contexto como nadie más lo ve, teniendo a su favor su capacidad de liderazgo y un talento que le confiere la posibilidad de identificar el mejor modo de actuar.

Básicamente, se trata de un individuo que busca o ve las oportunidades y se esfuerza, aún en escenarios adversos, para convertirlas en un negocio o busca nuevas formas para mejorar su vida y la de otros de ser posible, pero no necesariamente es un empresario. Estos emprendedores poseen una serie de características propias que en conjunto con el entorno externo les permiten poner en práctica lo que distintos autores han denominado como capacidades o habilidades emprendedoras.

De acuerdo con Peña (2003), las capacidades o habilidades emprendedoras se pueden concebir como un conjunto de cualidades inherentes a la persona como la percepción de las oportunidades, conocimientos y la motivación necesarios para llevar a cabo los emprendimientos con éxito. Éstas no necesariamente nacen con el individuo, se pueden hacer, es decir, la persona puede desarrollar las mismas mediante distintas técnicas y herramientas, por lo cual destaca la importancia de la formación emprendedora, no solo para una empresa sino para innovar y afrontar retos a nivel individual.

Por su parte, para Flores (2003) citado por Tinoco (2008), la capacidad emprendedora se trata de un conjunto de habilidades y destrezas que permiten al emprendedor desarrollar iniciativa y autonomía. Este autor indica que, en un primer momento, se consideraron cinco áreas para su evaluación: a) conocimiento de sí mismo y autoconfianza, b) visión de futuro, c) motivación de logro, d) planificación y e) persuasión.

Luego, Tinoco (2008), con la referencia anterior, plantea la posibilidad de una relación entre la capacidad emprendedora y la capacidad empresarial, desde la perspectiva de la creación de empresas. En este orden de ideas, se considera que comprende aspectos como la creatividad y la orientación a la innovación a través de herramientas como la planificación, organización y dirección de proyectos que tienen como enfoque el o los objetivos que se desean alcanzar. El mencionado autor también la denomina como habilidad emprendedora.

Una conceptualización importante en el marco de la investigación, es la propuesta por Mavila, Tinoco y Campos (2009), quienes resumen la capacidad emprendedora o habilidad emprendedora, como la habilidad de los individuos para buscar o ver oportunidades, en situaciones típicas o dentro de situaciones de crisis, y tratar de convertirlas en negocios, es decir, agrupan en ellas las características que le atribuyen a los emprendedores como: innovador, flexible, dinámico, capaz de asumir riesgos, creativo y orientado al crecimiento. Los medios informativos, ya sea impresos, televisivos o virtuales, a menudo definen el término emprendedor como la capacidad de iniciar y operar empresas nuevas.

Para los mencionados autores, son convenientes, según su modelo, cuatro capacidades que debería tener todo emprendedor, a saber: a) capacidad de realización personal, referida al impulso por vencer desafíos, avanzar y crecer, al esfuerzo por alcanzar el triunfo, metas y ser útiles a otros; b) la capacidad de planificación, referida a pensar antes de actuar, identificando metas concretas o resultados que se desean alcanzar y diseñar planes consistentes para desempeñarse de manera que se aprovechen las oportunidades y anular o disminuir las amenazas del entorno.

La siguiente dimensión en el modelo se denomina c) capacidad de relacionarse socialmente, la cual se asocia con la aptitud de generar estados de ánimo positivos en las personas de su entorno que se traduzcan en compromisos de apoyo para el desarrollo de sus proyectos o negocio, la persona es capaz de establecer vínculos con personas e instituciones que aporten a su progreso; finalmente, d) la capacidad de creatividad, que comprende la habilidad para sugerir soluciones y planteamientos creativos para obtener el éxito empresarial; se considera también como el proceso de creación de nuevos bienes, de nuevas empresas, de nuevos mercados, de nuevas formas de organización, de nuevas formas de hacer las cosas y, en definitiva, de las capacidades innovadoras de las personas emprendedoras.

Retomando las características del emprendedor, para Moriano (2005), la verdadera esencia del emprendedor debe explicarse a partir de factores culturales, sociales y psicológicos, ya que se trata de una persona y no se puede seguir asumiendo que su conducta sólo responde a las fuerzas del mercado y entiende que sociología y psicología tienen mucho que decir al respecto. En este sentido, al elaborar un perfil, Bonnet y Furnhan (1991), indican que los jóvenes tienden a percibir en menor medida el éxito o el fracaso, por lo cual suelen presentar menos miedo ante la posibilidad de iniciar acciones de emprendimiento; estos autores señalan que cuanto mayor sea el individuo menor propensión a crear una empresa se tiene. El rango de edad 25-40 años es el periodo más proclive porque: a) tienen energía, b) cuentan con cierta experiencia y conocimientos, c) poseen un adecuado nivel de autoconfianza, d) no tienen excesivas responsabilidades familiares, d) no tienen una posición social consolidad que arriesgar.

En torno a estos elementos, los resultados de investigaciones como las de Gibb (2005) y Kuratko (2004), ambas realizadas en Estados Unidos, insisten en el papel fundamental de las universidades como formadores de emprendedores, que generen empleos y contribuyan con el desarrollo socioeconómico del país, desde la base de lo que cada persona puede aportar. En este sentido, la revisión de la literatura deja ver que, en muchas partes del mundo, incluso en países latinoamericanos como México, Colombia o Perú, según reporta Silva (2018), las universidades han empezado a incluir en sus programas cátedras de emprendimiento con el fin de avivar el espíritu emprendedor en sus estudiantes; así mismo se ha acercado el mundo empresarial a los estudiantes, con prácticas, pasantías y conferencias de empresarios.

Sumando a las evidencias, Suaquita (2017), realizó una investigación para analizar las capacidades emprendedoras desarrolladas por los estudiantes de la escuela profesional de administración y la generación de ideas de negocios de una universidad peruana y encontró una motivación de logro y los mismos tienen un alto nivel de participación en los concursos que la casa de estudios desarrolla. Otro aporte importante fue el de Jordán et al. (2016), pues lograron confirmar, en su muestra, que la capacidad emprendedora está determinada por la condición de género en la ciudad de Machala, donde se concluyó que el género masculino se destaca más en cada una las dimensiones que el género femenino.

También en un marco de comparaciones por factores sociodemográficos, conviene citar los resultados de la investigación realizada por Sánchez et al. (2016), quienes reportaron que los alumnos de semestre superior mostraron una mayor capacidad emprendedora que los de recién ingreso, pues al iniciar los estudios universitarios reflejaron una capacidad emprendedora del 71,21% con respecto al puntaje ideal del instrumento capacidad emprendedora, mientras que cuando están a punto de egresar de la licenciatura, tienen una capacidad emprendedora del 76,68% con respecto al puntaje ideal.

Ahora bien, las investigaciones anteriores, realizadas fuera de Venezuela, coinciden en concluir y/o recomendar que la capacidad emprendedora se desarrolle desde los inicios en la universidad, es decir, más allá de la carrera, sería de gran utilidad promover el desarrollo de un espíritu emprendedor como parte de la formación de los estudiantes, para brindar herramientas que le permitan reconocer en sí mismos estas cualidades para así potenciarlas o ponerlas en práctica según las características particulares de su carrera y sus habilidades individuales.

No obstante, esta visión de cultura de emprendimiento no parece tener bases sólidas en la instrucción superior venezolana. De acuerdo con González (2010), se educa al estudiante para ser empleado y no para innovar. Es decir, aparentemente, no existe una educación que le permita a los estudiantes a mediano o largo plazo consolidar proyectos o emprender sus propios caminos, no necesariamente como empresarios, pero sí como personas capaces de aprovechar los recursos que se le ofrecen en el entorno, conforme al reconocimiento de sus capacidades.

De esta manera, es posible que las universidades venezolanas hayan adoptado un rol de educador y no de formador, al menos de forma general, cuestión que se deja ver en una instrucción superior deficiente que no corresponde a la época de exigencias y competencias tecnológicas propias del contexto globalizado actual. Además, de las dificultades que se evidencian en los egresados para que sean autogestores de su propio desarrollo laboral, lo que serían evidencias de problemas relacionados con el emprendimiento. Conforme a ello, es probable que en las universidades se imprima mayor importancia a los conocimientos teóricos que a los prácticos, dejando de lado la formación y el desarrollo de cualidades y habilidades oportunas para los emprendedores.

Sumado a lo anterior, también es observable, de modo no sistematizado, cuando se revisan los pensum de distintas carreras de pregrado, como las humanísticas, educación, orientación o psicología; y las relacionadas con administración o ingeniería; que el emprendimiento cobra mayor importancia en áreas administrativas o técnicas, relegando a lo social a un último plano, como si no importase en esta rama que los estudiantes como futuros profesionales puedan ser innovadores, independientes y generadores de empleo.

Tal cuestión se tiene en la Universidad Rafael Urdaneta, ubicada en Maracaibo, estado Zulia, donde carreras como administración o ingeniería tienen en su pensum materias que forman para el emprendimiento, con el propósito de forjar en los estudiantes recursos o herramientas que le ayuden a desarrollar sus capacidades emprendedoras. Sin embargo, cuando se revisa el contenido de las cátedras de psicología, no se evidencian estas formaciones, lo cual permite suponer que se inclina a creer que el emprendimiento es considerado para áreas técnicas o administrativas.

Además, en entrevistas no sistematizadas, dentro del marco de recolección de evidencias y supuestos para la investigación, con estudiantes de carreras como administración, ingeniería química y psicología pertenecientes a la Universidad Rafael Urdaneta, se tuvo información en la cual dejaron ver que en estas carreras más técnicas existe un impulso al desarrollo de capacidades emprendedoras, donde se invita al estudiante a poner en práctica sus habilidades para la creación de productos; mientras que en la psicología, la tendencia es más humanística, al apoyo del otro en su crecimiento y búsqueda personal.

Se debe agregar que el escenario actual, donde se da cabida a nuevas ideas y distintas empresas dentro de un mercado que se vuelve cada vez más competitivo, requiere de nuevos talentos, con habilidades para poner en marcha sus ideas, reconociendo las oportunidades que el entorno le ofrece. Esto le impregna relevancia contemporánea a la investigación, pues el contexto venezolano actual está inmerso en una crisis social, política, económica e incluso cultural que puede ser percibida como negativa, pero es en ella, cuando el joven emprendedor consigue un sustrato para activar sus proyectos; siempre que entienda cómo hacerlo aprovechando sus recursos propios y lo que el ambiente y sus relaciones sociales puedan ofrecerle.

Lo anterior es importante para la psicología como ciencia, resaltando la relevancia contemporánea, pues brinda información sobre la capacidad emprendedora que tienen los estudiantes, aun cuando la carrera que cursen no parezca estimular el desarrollo de las mismas; siendo esta disciplina, y dando cara a la importancia social, la encargada de promover y motivar la puesta en marcha de éstas en función del beneficio individual y social.

También posee relevancia humano-social, pues al conocer qué cualidades relacionadas con la capacidad emprendedora poseen o no los estudiantes universitarios, se podrán formular recomendaciones para ellos, como principales beneficiarios de la investigación, en función de desarrollar otras habilidades y fortalecer las que tengan y así eleven su capacidad. Al mismo tiempo, resulta importante que las universidades, como formadoras de profesionales, comprendan lo significativo de estimular estas características, preparando a sus estudiantes para la vida y el emprendimiento; no porque no las posean sino para dirigirlas hacia el mejor uso posible.

Respecto a la relevancia científico-teórica, la investigación presenta teorías que explican el emprendimiento como una cualidad a desarrollar, es decir, que podría sentar una base para derivar estrategias para potenciar esta capacidad en los estudiantes universitarios. Además, se pueden fortalecer las teorías sobre la importancia de estimular el emprendimiento, al mismo tiempo de generar conocimientos que puedan explicar la diferencia, si existe, entre la capacidad emprendedora de los estudiantes según la carrera que cursen. También da cuenta, en el campo de la psicología, cómo los jóvenes ponen en marcha sus recursos para iniciar o continuar con un proyecto de emprendimiento, al reconocer que ellos pueden hacerlo, es decir, cuando se estimulan sus creencias sobre lo que son capaces de hacer.

Asimismo, la relevancia práctica-metodológica se relaciona con los aportes que la presente investigación brinda al área de la psicología respecto a un constructo importante como las capacidades emprendedoras, que son de importancia en una sociedad competitiva como la actual. Además, constituye un fundamento para que futuros investigadores tomen en cuenta la posibilidad de considerar los resultados obtenidos, respecto a las fortalezas y debilidades encontradas, o las capacidades más prominentes; como una base para formular programas y estrategias, de cara a estimular el crecimiento y desarrollo de las capacidades emprendedoras desde la educación universitaria.

Con lo anterior no se pretende informar que la universidad en cuestión no desarrolle las capacidades de sus estudiantes, en función de sus áreas del saber, o que éstos no tengan capacidades emprendedoras, sino que parece haber una diferencia en cuanto a contenidos, derivados de las necesidades o lo que se espera realice cada carrera dentro del mercado laboral o las oportunidades que se le ofrecerían para ejecutar sus conocimientos. Por ello, la presente investigación se propone determinar la capacidad emprendedora en estudiantes de carrera de pregrado de la Universidad Rafael Urdaneta, de cara a identificar si las mismas son cualidades innatas de estos individuos, que se pueden desarrollar con la ayuda de la formación universitaria.

Esto permite responder: ¿Cómo es la capacidad emprendedora en estudiantes universitarios?, bajo el siguiente objetivo general: determinar la capacidad emprendedora en estudiantes universitarios; el cual se ha discriminado en varios objetivos específicos: a) identificar la capacidad de realización, b) describir la capacidad de planificación, c) caracterizar la capacidad de relacionarse socialmente, d) describir la capacidad de creatividad y e) comparar la capacidad emprendedora según variables sociodemográficas: género y carrera cursada, en estudiantes universitarios.

Materiales y Métodos

La presente investigación que tuvo como objetivo determinar la capacidad emprendedora en estudiantes universitarios ubicó en el tipo y nivel de investigación descriptivo, porque no se pretendió comprobar hipótesis alguna, sino que se observó la variable capacidad emprendedora. en su contexto, tal y como la reflejaban los estudiantes, para caracterizarla y describirla. Además, tuvo un modelo estudio de campo, debido a que fueron los estudiantes universitarios, presentes dentro de la universidad privada seleccionada, quienes brindaron los datos necesarios para dar respuesta a los objetivos que se propusieron al inicio.

Respecto al diseño de la investigación, fue no experimental, puesto que no se introdujeron variaciones que pudieran alterar la concepción de la capacidad emprendedora, solo se describió como ya venía ocurriendo según informaron los estudiantes universitarios. El diseño fue transeccional-descriptivo, puesto que la medición de la variable se realizó en una única oportunidad, es decir, se aplicó el instrumento de recolección de datos en un momento único por cada sujeto.

En cuanto a la población, se conformó por estudiantes de pregrado de las distintas carreras ofrecidas en la Universidad Rafael Urdaneta, de Maracaibo, Estado Zulia. Se realizó un muestreo no probabilístico accidental, que arrojó una muestra de 126 estudiantes, de los cuales 65 fueron de género femenino y 61 de género masculino; distribuidos de la siguiente forma por carrera: 19 de psicología, 48 estudiantes de ingeniería, 13 de arquitectura, 10 de administración de empresas, 12 de la carrera de derecho, 13 de contaduría pública y 11 de ciencias políticas.

Para la recolección de datos se empleó la Escala de Capacidad Emprendedora en Estudiantes Universitarios de Mavila et al. (2009), conformada por 26 ítems, distribuidos en cuatro dimensiones: a) capacidad de realización personal (ítems 3, 6, 8, 9, 12, 21); b) capacidad de planificación (ítems 4, 13, 14, 15, 23); c) capacidad de relacionarse socialmente (ítems 1, 2, 5, 7, 10, 11, 16, 17, 18, 19, 20) y d) capacidad creativa (ítems 22, 24, 25, 26). Es una escala Likert de seis opciones de respuesta: nunca (0), casi nunca (1), en ocasiones (2), con frecuencia (3), casi siempre (5), siempre (6). El instrumento es aplicable en estudiantes universitarios, de 18 años en adelante, sin discriminar en género, el tipo de universidad o la carrera cursada. Se estima un tiempo aproximado de 8 minutos para responderlo. En cuanto a la corrección, se realiza por sumatoria directa; en este sentido, se suman las puntuaciones de cada dimensión para obtener el puntaje de las mismas, mientras que para la capacidad emprendedora se suman el total de los ítems, Para interpretar, se acude al Cuadro 1, que contiene el baremo de interpretación.

Cuadro 1.

Baremo de interpretación

Dimensión

Nivel

Realización personal

Capacidad de relacionarse socialmente

Planificación

Creatividad

Capacidad emprendedora

Bajo

0,0 – 10,0

0,0 – 8,3

0,0 – 18,3

0,0 – 6,7

0,0 – 43,3

Moderado

10,1 – 20,0

8,4 – 16,6

18,4 – 36,6

6,8 – 13,4

43,4 – 86,6

Alto

20,1 – 30,0

16, 7 – 25,0

36,7 – 55,00

13,5 – 20,0

86,7 – 130,0

Nota: Mavila, Tinoco y Campos (2009)

Para la determinación de las propiedades psicométricas de la escala, Mavila et al. (2009), indican que se recurrió a una muestra piloto de 90 estudiantes, con los cuales se verificaron dos aspectos: primeramente, la verificación de las dimensiones consideradas al elaborar el instrumento, lo cual se desarrolló mediante el análisis factorial, con soporte en un paquete estadístico computarizado; obteniéndose las cuatro dimensiones mencionadas: realización personal, capacidad de relacionarse socialmente, planificación, creatividad. Luego, la prueba de confiabilidad, mediante el alfa de Cronbach, en el que se obtuvo un coeficiente de 0, 923 valor relativamente alto que denota la confiabilidad del instrumento. El valor mínimo de este coeficiente para medir confiabilidad, que fue tomado por los desarrolladores del instrumento, fue 0,70, por lo cual la escala es altamente confiable y puede ser aplicada en muestras de estudiantes universitarios.

Resultados y Discusión

Los datos se introdujeron en un paquete estadístico computarizado, tratándose con estadística descriptiva para obtener resultados que respondan tanto al objetivo general como a los objetivos específicos referentes a las dimensiones de la variable, información que se presentó en tablas descriptivas con media, desviación estándar y el nivel de interpretación de la media según la comparación con el baremo. Por otro lado, uno de los objetivos específicos requería de una comparación por factores sociodemográficos, razón por la cual, primeramente, se determinó una distribución no normal de la población mediante la prueba de bondad de ajuste Kolmogorov-Smirnov, lo que fue indicador de que pruebas no paramétricas eran las pertinentes para tales comparaciones; se aplicaron H de Kruskal-Wallis o U de Mann-Whitney según fuera necesario.

Tabla 1.

Estadísticos descriptivos capacidad emprendedora

Estadística Descriptiva

Dimensión / Variable

S

Capacidad de realización

17,65

3,25

Capacidad de planificación

40,21

8,07

Capacidad de relacionarse socialmente

18,62

3,56

Capacidad de creatividad

14,11

3,52

Capacidad emprendedora

90,59

15,90

La capacidad emprendedora de los estudiantes universitarios que participaron como muestra de la investigación fue alta, según se apreció en la Tabla 1, lo cual, de acuerdo con Flores (2003) citado por Tinoco (2008), indica que estos sujetos poseen habilidades y destrezas que le permiten emprender o desarrollar sus iniciativas con creatividad y orientación al éxito. Según el mencionado autor, las habilidades serían conocimiento de sí mismo y autoconfianza, visión de futuro, motivación de logro, planificación y persuasión. Es decir, los estudiantes universitarios serían personas que reconocen sus propias capacidades, confían en las mismas; a la par que planifican paso a paso sus estrategias para consolidar las metas que han proyectado a corto, mediano y largo plazo. Tienen una alta motivación intrínseca que los lleva a buscar las acciones.

Entonces, los estudiantes universitarios poseen, conforme a los resultados obtenidos, características como ser innovador, flexible, creativo, orientado al crecimiento, capaz de asumir riesgos, comunicador, dinámico y planear actividades o estrategias. Para Mavila et al. (2009), el alto nivel de capacidad emprendedora que tuvieron los sujetos en cuestión indica que buscan las oportunidades y tienen la habilidad de ver las mismas en distintas situaciones, aún cuando sean adversas, por lo que, más allá de los riesgos, suelen poner en marcha acciones para obtener el mayor provecho posible de sus ideas, conocimientos, capacidades y lo que el entorno le ofrece.

Para el primer objetivo específico, identificar la capacidad de realización en estudiantes universitarios, se obtuvo un nivel alto, como se observa en la Tabla 1. Al parafrasear lo referido por Mavila et al. (2009), se puede afirmar que estos sujetos están orientados firmemente a su autorrealización y buscan consolidar triunfos y metas. Son personas que consiguen estímulos en los riesgos y desafíos, pues las consideran oportunidades para poner en práctica las habilidades que poseen.

Este alto nivel de realización también indica que visualizan las oportunidades de negocio. Como refieren Do Céu y Rodríguez (2010), en el caso específico de los estudiantes universitarios, serían personas que encuentran en algún aspecto una situación propicia para responder a una necesidad, pues tiene un perfil o refleja un factor que otros buscan y que, al mismo tiempo, le permite poner en práctica sus conocimientos. También serían sujetos persistentes y perseverantes, que se mantienen firmes en sus metas y hacen lo posible por lograr aquello que se han propuesto.

Al mismo tiempo, los estudiantes universitarios, al tener la capacidad de realización y una alta capacidad emprendedora, buscan por distintos medios la calidad y la eficiencia en los productos y/o servicios que ofrecen. En este sentido, Cuatrecasas (2010), explica que se trata de un aprendizaje continuo y cíclico, donde el emprendedor o la persona que posee dicha capacidad reconoce los errores y mejora las debilidades, en función de brindar la mejor calidad posible a los usuarios o clientes; porque sabe que esto le permite posicionarse favorablemente en el mercado en el cual desarrolla su emprendimiento. Así, los estudiantes buscarían ofrecer a los clientes potenciales un producto o servicio atractivo, de calidad; al reconocerse que estas cualidades son necesarias para ganar al público objetivo.

Por otro lado, respecto al segundo objetivo de la investigación describir la capacidad de planificación en estudiantes universitarios, la misma fue alta según se aprecia en los resultados contenidos en la Tabla 1. En este orden de ideas, los estudiantes, infiriendo de los postulados de Mavila et al. (2009), se caracterizarían por altos niveles de organización y planificación de sus actividades en función de las metas que desean obtener. Es importante, al respecto, el hecho de que son personas que identifican sus metas: son objetivos concretos, con propósitos claros, lo cual les confiere la posibilidad de organizar las estrategias para lograrlos con determinación. Sobre este punto, Tinoco (2008), indica que el emprendedor tiene la capacidad de planificar adecuadamente las acciones y esfuerzos que lo llevarán a la consecución de sus metas.

Por ende, los estudiantes universitarios que participaron en la investigación, según la orientación teórica de Tinoco (2008), tienen la capacidad de buscar información sobre sus propósitos, a modo de conocer mejor aquello que desean lograr: el servicio, el producto o el cliente. Lo cual, al mismo tiempo, les permite realizar una planificación controlada y sistemática, donde se concatenan la planificación y el control mientras se realizan las actividades.

En cuanto al tercer objetivo específico, el cual fue caracterizar la capacidad de relacionarse socialmente en estudiantes universitarios, la Tabla 1, deja ver que la dimensión fue alta. Esto, de acuerdo con Mavila et al. (2009), da cuenta que los sujetos participantes tienen habilidades para comunicarse y establecer interacciones adecuadas y adaptivas con otros. Es decir, los estudiantes universitarios son capaces de establecer vínculos con otros emprendedores, con empresas o con aquellos que pueden ayudarle a forjar sus ideas, porque tienen una actitud positiva y comprometida hacia su negocio. Tienen autoconfianza, reconocen sus habilidades y saben cómo ponerlas en marcha de modo que favorezca la culminación de las tareas que se proponen. Por tanto, como explica el autor citado con anterioridad, estos sujetos asumen desafíos y son capaces de persuadir a otros para que vean con optimismo la oportunidad que ellos han previsto.

Respecto al cuarto objetivo específico de la investigación, el cual fue describir la capacidad de creatividad en estudiantes universitarios, se ubicó en un nivel alto como se aprecia en la Tabla 1. De este escenario se desprende que los sujetos tienen habilidades para orientar sus tareas hacia el éxito. En lo expuesto por Mavila et al. (2009), se entienden como personas que usan sus capacidades para resolver problemas y sugerir propuestas que permitan el crecimiento del emprendimiento: son innovadores, creadores de nuevas tendencias y capaces de proponer alternativas acordes que ayudan a superar las adversidades.

Cuando se comparan estos resultados, se tienen similitudes con lo encontrado por Sánchez et al. (2016), pues los estudiantes de la Licenciatura en Gestión y Dirección de Negocios de la Facultad de Contaduría y Administración campus Coatzacoalcos, México, tuvieron un alto nivel de capacidad emprendedora, especialmente aquellos que cursaban los primeros semestres. En la misma línea de resultados se ubicó lo reportado por González (2010), que señaló que una muestra de estudiantes de pregrado de la Universidad Rafael Urdaneta presentaba altas capacidades emprendedoras, especialmente en los últimos trimestres de la carrera. Igualmente, Tinoco (2008), indicó que los alumnos que ingresaron a la Facultad de Ingeniería Industrial en una universidad mexicana, presentaban una habilidad emprendedora alta, tanto en el puntaje total como en cada una de las áreas.

Si se atiende a las características de los emprendedores referidas por Moriano et al. (2001), a saber, alta motivación al logro que les impulsa a mejorar, afrontar objetivos desafiantes y asumir riesgos calculados; o el poseer un locus de control interno, es decir, perciben que los éxitos y fracasos tienen una clara dependencia de sí mismo, lo cual es clave al momento de asumir riegos y de lograr nuevas metas; es posible afirmar que estos jóvenes universitarios, en razón de los resultados obtenidos, son personas creativas, marcadas por la capacidad de establecer y alcanzar metas y mantiene alto nivel de conciencia del ambiente en el que vive, usándolo para detectar oportunidades de negocio.

En este orden de ideas, atendiendo a los postulados teóricos de Mavila et al. (2009), esta capacidad emprendedora alta reflejada por los estudiantes universitarios sujetos de la investigación, demuestra que, en líneas generales, poseen conocimientos necesarios para crear y administrar nuevas empresas; mostrando una visión de oportunidades, aún en crisis y con escasos recursos, como la vivida en el momento actual en Venezuela; para materializar ideas y convertirlas en negocios exitosos y rentables, además que se centran en la imaginación y en la creatividad como impulsor de iniciativas. Se pudiera decir que son jóvenes con habilidades emprendedoras, dispuestos a aprender sobre las oportunidades de negocios, que buscan tomar decisiones de riesgo innovadoras para materializar sus proyectos e ideas.

Tabla 2.

Capacidad emprendedora: comparación por género

Estadística Descriptiva

Dimensión / Variable

Femenino

Masculino

U de Mann Whitney

U

Z

Sig-

Capacidad de realización

18,83

18,39

1857,00

-0,615

0,538

Capacidad de planificación

18,09

17,18

1619,00

-1,782

0,075

Capacidad de relacionarse socialmente

41,69

38,62

1491,50

-2,399

0,016*

Capacidad de creatividad

14,62

13,57

1585,00

-1,948

0,051

Capacidad emprendedora

92,23

87,77

1548,500

-2,119

0,034*

Nota: *Significativo al nivel p<0,05

Como se observó en la Tabla 2, el género fue un factor diferenciador en el comportamiento de la capacidad emprendedora y de la dimensión capacidad de relacionarse socialmente; ambas a favor de las estudiantes femeninas; cuestión que indicó que las mujeres, quizá por sus habilidades de comunicación e interacción que suelen ser mayor que en el género masculino, presentaron mayor capacidad de establecer vínculos con otros en función de encontrar oportunidades para el desarrollo del emprendimiento.

De acuerdo con Ruiz et al. (2013), los estereotipos sociales de género influyen directamente en las conductas desempeñadas por las personas: se espera que los hombres se comporten de manera más asertiva y que las mujeres se muestren más empáticas y gentiles, por ejemplo; cuestión que se reflejó en los estudiantes universitarios que participaron en la investigación, pues las mujeres, conforme a los resultados, mostraron mayores capacidades de establecer vínculos con otros.

Para Mavila et al. (2009), son autores que dirigen sus esfuerzos investigativos al estudio de la capacidad emprendedora, la capacidad de relacionarse socialmente se define como una aptitud para generar estados de ánimos positivos, donde la persona genera en el otro confianza, al demostrar que entiende su posición, que puede ponerse en su lugar y reconocer lo que se siente; cuestión que en el emprendimiento, se traduce en conseguir aportes a lo que pretende lograr, compromiso y apoyo para los proyectos.

En cuanto a la capacidad emprendedora, fue mayor en mujeres que en hombres, como se observó en la Tabla 2; lo cual indica que al interpretar a Mavila et al. (2009), las estudiantes femeninas tienen mayor capacidad para ver oportunidades y convertirlas en negocios. Esta situación dista de lo esperado, pues de acuerdo con Gambrill y Richey (1975), son los hombres quienes experimentan menor dificultad para expresar sentimientos negativos, hacer peticiones y ser más asertivos en situaciones laborales.

Es probable que esta diferencia, a favor del género femenino, se deba a los cambios de roles y la mayor presencia en los campos laborales de la mujer en la actualidad, lo cual para la fecha de la investigación de los autores recién citados no era tan habitual. De este modo, la dinámica social y las nuevas oportunidades de trabajo, harían que las mujeres mostraran sus cualidades de emprendimiento tanto o más que los hombres.

Tabla 3.

Capacidad emprendedora: comparación por carrera cursada

Carreras

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

Sig.

Dimensión / Variable

Capacidad de realización

18,58

19,50

16,27

17,23

20,70

19,35

19,50

19,57

16,36

18,89

0,057

Capacidad de planificación

19,00

19,17

15,36

17,77

18,30

17,85

18,00

17,36

15,45

17,00

0,054

Capacidad de relacionarse socialmente

44,05

45,83

34,73

40,85

41,30

41,92

43,36

38,36

31,73

35,00

0,000*

Capacidad de creatividad

15,00

15,00

11,45

14,69

16,00

16,15

14,86

19,57

10,55

13,33

0,001*

Capacidad emprendedora

96,61

99,50

77,82

90,58

96,30

95,31

95,71

88,29

74,09

84,22

0,001*

Nota: *Sig: p <0,05// A: psicología; B: derecho; C: ciencias políticas; D: contaduría; E: administración de empresas; F: arquitectura; G: ingeniería civil; H: ingeniería industrial; I: ingeniería en computación; j: ingeniería eléctrica

La carrera cursada, como se apreció en la Tabla 3, representó un factor con diferencias estadísticamente significativas, siendo que la capacidad emprendedora fue mayor en carreras relacionadas con la administración de empresas y las ciencias humanas como el derecho o la psicología, que otras asociadas con el ámbito técnico, como la ingeniería o la arquitectura. Esto tuvo un comportamiento contrario al esperado, que planteaba que el tipo de carrera estudiada pudiera incidir en una mayor o menor capacidad emprendedora.

Respecto a lo anterior, Leiva (2004), plantea que existe la posibilidad de que la formación recibida por los estudiantes universitarios influya en el desarrollo o potenciación de su capacidad emprendedora pues pueden existir aspectos como impulsar la creación de empresas, aumentar el interés emprendedor, entre otras. Esto se pudo comprobar en la investigación, porque los estudiantes, en general, mostraron una alta capacidad emprendedora, que se incrementó en aquellos que cursaban carreras humanísticas, aunque se esperaba que fuera en carreras como arquitectura o ingeniería que se supone fomentan la creatividad e innovación.

Es posible explicar los hallazgos de acuerdo con Espíritu y Sastre (2008), los factores de personalidad del sujeto son los que mayormente influyen en la capacidad emprendedora que pueden desarrollar. En este sentido, Lee y Peterson (2000), refieren que las personas con espíritu emprendedor suelen ser aquellas más sociables, empáticas y compatibles con otras culturas, lo cual se puede apreciar en estudiantes de carreras humanísticas, como derecho, psicología o administración, cuyo perfil profesiográfico tiende a mostrar vocación hacia otros, comprensión de sus necesidades e incluso analizar sus posturas para entenderlas y darles cabida, lo que quizá promueve la detección de carencias para ser satisfechas mediante el emprendimiento.

Conclusiones

A efectos del objetivo general, determinar la capacidad emprendedora en estudiantes universitarios, se encontró que fue alta, cuestión que indicó que poseen confianza en sí mismos, reconocen sus habilidades y destrezas, son innovadores y flexibles, planificando acciones que los conducen al logro de objetivos trazados. Respecto a las dimensiones de la capacidad emprendedora, las cuatro se ubicaron en un nivel alto, de este modo, la capacidad de realización personal, capacidad de planificación, capacidad de relacionarse socialmente, capacidad de creatividad de los estudiantes son habilidades que determinan el hecho de reconocer oportunidades y saber que cuentan con los recursos internos necesarios para proponer objetivos que marquen el camino hacia el logro de metas en función de aprovechar los escenarios favorables que encuentren.

Sobre la comparación, las mujeres tuvieron una mayor capacidad emprendedora que los hombres, al igual que una mayor capacidad de relacionarse socialmente. Respecto a las carreras, las diferencias estadísticamente significativas apuntaron a que las profesiones orientadas a la empatía e interés en otras personas como el derecho o la psicología, es decir, carreras de tipo humanístico, poseen mayor capacidad emprendedora que las carreras técnicas como la ingeniería.

Se recomienda a los estudiantes, realizar proyectos de vida, conforme a sus planes y metas, considerando aquellas habilidades que han reconocido en sí mismos para lograr sus objetivos. Es recomendable que las metas sean analizadas de forma realista, conforme a los escenarios sociales y económicos que rijan el momento; así como en función de los recursos, no solo personales, sino instrumentales, que se tienen para emprender las ideas.

A la universidad, se recomienda fomentar y fortalecer las capacidades emprendedoras de sus estudiantes, sin distinción de la carrera cursada, mediante talleres, simposios, charlas y programas psicoeducativos donde se brinden herramientas para el reconocimiento de oportunidades realistas, en razón de las capacidades propias, los recursos del entorno y el apoyo de otros, como empresas, en la consecución de los ideales.

A futuros investigadores, orientar nuevos estudios a la relación de la capacidad emprendedora con otras variables como la autoeficacia, el locus de control, la motivación al logro; para determinar si una asociación estadística entre estas predice el hecho de que un estudiante tenga capacidades emprendedoras.

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Notas

1. Artículo de investigación derivado del trabajo de grado, titulado: Capacidad emprendedora en estudiantes universitarios, presentado para optar al título de Psicólogo en la Universidad Rafael Urdaneta.

2. Los datos de esta investigación se encuentran almacenados y disponible en la Base de Datos de CINVEPSI.

Conflictos de Interés

1. Las autoras indican que no existe relación financiera o personal alguna que pudiera dar lugar a un conflicto de intereses en relación con la elaboración de este artículo.